"...He visto más cosas de las que recuerdo, y recuerdo más cosas de las que he visto..."

Este no pretende ser un blog de viaje pero, sin embargo, es la consecuencia, o la razón, de un viaje soñado, que me permitió coleccionar una gran cantidad de fotos, información, leyendas y testimonios que consideré apropiados para compartir con otros que, como yo, adoren las maravillas que atesora este país: Italia.

Espero que lo disfruten:

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sábado, 23 de febrero de 2013

Leonardo Da Vinci, genio y figura

Tras la larga y oscura noche que significó la Edad Media para el hombre común, se abrió paso a una de las épocas más luminosas de la historia: el Renacimiento. La vida florece otra vez, renace, en este periodo irrepetible en el que se asiste a una eclosión del arte y la cultura, y en el que el mundo se convierte en un lugar habitable para los seres humanos; Dios deja de ser el centro del mundo permitiendo al hombre adueñarse de su propio destino. 
En este contexto aparecen figuras increíbles, personajes destacados por su pasión innovadora, y Leonardo Da Vinci es, sin dudas, uno de los más importantes. 
Pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico, destacado tanto por su obra artística como por sus investigaciones en el campo de la ciencia, precursor en muchísimas áreas anticipándose a los avances de la era moderna. 
Leonardo nació en Anchiano, cerca de Vinci, Italia; antes de que se adoptaran las convenciones de nombres actualmente vigentes en Europa, por lo que a su nombre de pila se añadió el de su padre (Ser Piero) y la localidad de nacimiento siendo entonces "Leonardo di ser Piero da Vinci" aunque, sin embargo, acostumbraba a firmar sus trabajos como “Io, Leonardo” (yo Leonardo), sin emplear el nombre de su padre, lo que induce a pensar que era bastardo.

Casa natal de Leonardo en Anchiano . Foto web

Placa recordatoria del Gran Genio de la Pintura  
al frente de su casa natal - Foto web

Efectivamente, Leonardo, fue hijo ilegítimo, porque su padre, Messer Piero Fruosino di Antonio, notario, canciller y embajador de la República de Florencia, dejó embarazada a una humilde joven de familia campesina llamada Caterina, que dicen pudo haber sido una esclava de Oriente Medio.

Vinci es una localidad italiana de la provincia de Florencia, región de Toscana, con 
14.375 habitantes, una superficie de 54 km2. Es conocida como la población natal 
de Leonardo da Vinci, situada en el corazón de la Toscana, muy cerca de Florencia.
Foto web 

Todo lo que se pueda decir aquí sobre este personaje considerado un “Genio Universal”, resultaría redundante sobre lo que ya se lleva escrito sobre él.
Quienes hemos leído su biografía, recordaremos por siempre la emoción de recorrer junto a su espíritu incansable los vericuetos de sus investigaciones.
Amante de la naturaleza, la cual observaba con gran curiosidad, solía dibujar caricaturas y practicaba la escritura especular en dialecto toscano.

Estatua de Leonardo - Piazza della Scala - Milán
Foto web

Cuenta Giorgio Vasari que cierto día “ser Piero tomó algunos de sus dibujos y se los mostró a su amigo Andrea del Verrocchio y le pidió insistentemente que le dijera si Leonardo se podría dedicar al arte del dibujo” , Andrea se sorprendió tanto de los dones de Leonardo que le recomendó a su padre que lo dejara escoger este oficio, y fue así que el joven entró a trabajar en su taller a partir de 1469, y es al Verrocchio, artista de renombre, muy ecléctico, orfebre, herrero, pintor, escultor y fundidor, a quien Leonardo debe parte de su excelente formación multidisciplinaria.
Aunque Leonardo estaba empadronado como residente del municipio de Vinci, viajaba muy a menudo a Florencia, donde su padre trabajaba, y allí creció.


"El bautismo de Cristo" - Obra de "Il Verrocchio",
maestro de Leonardo - Foto web

Sería muy extenso detallar aquí su rica y destacada vida, basta con mencionar que sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán, al servicio del duque Ludovico Sforza, trabajando luego en Roma, Boloña y Venecia, y pasando los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.
Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo tres de sus obras más destacadas: La Gioconda, La Última Cena, y el dibujo del Hombre de Vitruvio. No obstante, sólo se conocen una quincena de sus obras debido, principalmente, a sus constantes experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica. Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel.

Estudio del embrión- Foto Luc Viatour / www.Lucnix.be

La formación inicial de Leonardo sobre anatomía humana comenzó mientras aprendía con Andrea del Verrocchio, realizando numerosos estudios sobre músculos, tendones y otras características anatómicas visibles, diseccionando los cadáveres de los criminales bajo estricta discreción, para evitar la actuación de la Inquisición, en condiciones de trabajo penosas debido a los problemas de higiene y conservación de los cuerpos. Contó con la autorización para diseccionar cadáveres humanos en el hospital de Santa María Nuova de Florencia y, más tarde, en los hospitales de Milán y de Roma. De 1510 a 1511, colaboró con el médico Marcantonio della Torre y, juntos, compilaron un conjunto de investigaciones sobre anatomía con más de doscientos dibujos hechos por Leonardo; los cuales fueron publicados bajo el título engañoso de "Tratado de pintura", en 1680. 
Realizó uno de los primeros dibujos de un feto dentro del útero y la primera comprobación científica conocida de la rigidez de las arterias en respuesta a una crisis cardíaca.
Como artista, observó los efectos de la edad y de la emoción humana sobre la fisiología, y también estudió la anatomía de numerosos animales, sobre todo de los caballos.

Máquina para pulir espejos diseñada 
por Leonardo - Foto: Wikimedia.org

La máquina para pulir espejos diseñada por Leonardo, que supuso la resolución de un cierto número de problemas para obtener superficies regulares, planas o cóncavas, la concibió durante su estancia en Roma, mientras estudiaba la producción de imágenes.

Diseño de "helicopter_and_lifting_wing"
Foto: Wikimedia.org

Durante la mayor parte de su vida, Leonardo estuvo fascinado por el vuelo. Produjo numerosos estudios sobre el vuelo de los pájaros, así como planos de varios aparatos voladores como un helicóptero primitivo denominado el «tornillo aéreo», un paracaídas y un ala delta de bambú. 
De todos ellos, la mayoría se consideran irrealizables, pero el ala delta ha sido construido y, tras añadirle unos estabilizadores, ha volado con éxito. Es posible, sin embargo, que Leonardo estimase que los sistemas de vuelo similares a los de los murciélagos eran los que presentaban mayor potencial. También inventó el túnel de viento aerodinámico para sus experimentos.

Diseño para máquina de volar - Foto: Wikimedia.org

LA GIOCONDA O MONNA LISA


Este retrato pintado por Leonardo entre el 1503 y 1506, es su pintura más famosa. 
El misterio y la fascinación que este trabajo produjo en todas las épocas no es comparable con ninguna otra pintura en el mundo.
Entre sus misterios está la sonrisa, objeto de innumerables análisis a través de la historia, por su ligera asimetría y su sutil modelado, que le otorgan un carácter casi enigmático a ese rostro quieto, sensual y hasta inocente.
La historia de este cuadro es muy interesante: La Gioconda fue llevada a Francia por Leonardo desde Italia en 1516, y el rey de Francia decidió comprarla para exponerla privadamente en Fontainebleu y luego en Versailles. Durante la revolución fue trasladada al Louvre, pasando a manos de Napoleón que la expuso en su habitación, regresando luego al Louvre donde se la solía ocultar por razones de seguridad en más de una guerra posterior. La pintura fue víctima de un robo en 1911, y resultaron sospechadas grandes personalidades, hasta el mismísimo Pablo Picasso, aunque finalmente se descubrió al culpable: un empleado del museo de origen italiano que pensaba que el cuadro pertenecia a Italia y allí debía regresar.
El libro de records Guinness ha catalogado a esta pintura como el objeto más costoso que se haya asegurado jamás.
Pero quien es esta dama que ha quitado el sueño a estudiosos de todas las épocas? Algunos estudiosos afirman que se trata de Monna Lisa Gherardini, una cortesana de la nobleza rural que vivió durante finales del 400, aunque otros aseguran es una señora Florentina, de nombre Madonna Lisa del Giocondo.
Recientemente publicación italiana aseguró que se habían encontrado descendientes de la Monna Lisa, y no obstante no haber sido confirmada la noticia, dicen que la señora que reclama este parentesco tiene un impresionante parecido con la mujer del cuadro.
Hay también quienes sostienen que la figura de este cuadro es el propio Leonardo, un autorretrato suyo pero pintado con forma femenina.
Quizás algún día se logrará, finalmente, descubrir quien fue esta señora de ojos misteriosos y sonrisa sensual que ha cautivado a todo el planeta en todos los tiempos.




EL "TRATADO DE LA PINTURA" DE LEONARDO



El hombre vitruviano - Foto web


“Creo que, en lugar de definir lo que es el alma, que es algo que no puedes ver, mucho mejor es estudiar aquellas cosas que se pueden aprender con la experiencia, porque la experiencia por sí sola no se escapa. Y si no se puede aplicar una de las ciencias matemáticas, no podemos estar seguros” , esto es parte de lo escribió el gran Da Vinci . 
El Tratado de la pintura es una serie de notas de Leonardo sobre técnicas, perspectiva, maneras de representar y discusiones en las cuales se entrelazan la ciencia y el arte, que pasó a manos de su más fiel discípulo tras la muerte del artista. Sus descendientes no siguieron el ejemplo de atesorarlo, y el Tratado recorrió Europa más como un fantasma que como un libro tangible. Pasarían casi dos siglos hasta que fuera debidamente publicado. 
Este trabajo comienza con una disquisición acerca de si la pintura es o no una ciencia, continúa con toda una reflexión filosófica sobre la manera que tiene el hombre de conocer –principalmente, a través de la vista. Leonardo destaca a la pintura por sobre la poesía, puesto que, segun él, “la imaginación no ve tan perfectamente como lo hace el ojo”. El pintor es, por lo tanto, “señor de toda clase de gentes y de las cosas todas”. 
Luego reflexiona también sobre la escultura, y dedica muchas páginas del Tratado a comparar la perspectiva lineal con la perspectiva menguante, la perspectiva del color y la perspectiva aérea. Destaca la importancia de las luces y sombras, el uso del color, y las técnicas adecuadas para representar personas, paisajes y objetos. 
En síntesis, el Tratado de la pintura es el pensamiento y el arte de Da Vinci puestos por escrito. Abordar esta obra permite comprender mejor al gran artista y a familiarizarse con su época, para la cual él implicó una ruptura colosal. 
Fuente: www.blogdelibros.com



IL CENACOLO

Leonardo pintó el fresco de la "La última cena" (1494-1498) para el convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán, lugar en el que se lo sigue admirando en la actualidad. 

Santa María delle Grazie - Milán - Foto web

La pintura fue elaborada, para su patrón, el duque Ludovico Sforza de Milán. 
No es un fresco tradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yesoextendidas sobre enlucido. 
Mide 460 cm. de alto por 880 cm. de ancho. 
Il cenacolo es la obra más serena y alejada del mundo temporal, que Leonardo realizó durante unos años caracterizados por los conflictos bélicos, las intrigas, las preocupaciones y las calamidades. 
El artista la dio por terminada aunque, como eterno insatisfecho que era, declaró que tendría que seguir trabajando en ella más adelante. 
Fue expuesta a la vista de todos y contemplada por muchos, y desde ese momento se consideró a Da Vinci como uno de los primeros maestros de Italia. 
Los artistas solían acudir desde muy lejos al refectorio del convento para admirar el fresco la con detenimiento, lo copiaban y discutían. 
El rey de Francia, al entrar a Milán, acarició la idea de desprender el fresco de la pared para llevárselo a su país. 
Durante su realización se tejieron innumerables leyendas en torno al maestro y a su obra. 
Los relatos de Bandello y Giraldi, dedicados por lo demás a temas radicalmente distintos, recogen también la génesis de La Última Cena. 

- En su novella LVIII, Matteo Bandello, que conoció bien a Leonardo, escribió lo que observó muchas veces: 
«a la mañana temprano subir al andamio, porque la Última Cena estaba un poco en alto; desde que salía el Sol hasta la última hora de la tarde estaba allí, sin quitarse nunca el pincel de la mano, olvidándose de comer y de beber, pintando continuamente. Después sabía estarse dos, tres o cuatro días, que no pintaba, y aun así se quedaba allí una o dos horas cada día y solamente contemplaba, consideraba y examinando para sí, las figuras que había pintado. También lo vi, lo que parecía caso de simpleza o excentricidad, cuando el Sol está en lo alto, salir de su taller en la corte vieja» - sobre el lugar del actual Palazzo Reale - «donde estaba aquel asombroso Caballo compuesto de tierra, y venirse derecho al convento de las Gracias: y subiéndose al andamio tomar el pincel, y dar una o dos pinceladas a una de aquellas figuras, y marcharse sin entretenerse». 

- Asímismo, el escritor Giambattista Giraldi, se hizo eco de la forma de trabajar de Leonardo, basándose en los recuerdos de su padre: 
«Antes de pintar una figura, estudiaba primero su naturaleza y su aspecto [...] Cuando se había formado una idea clara, se dirigía a los lugares en los que sabía que hallaría personas del tipo que buscaba, y observaba con atención sus rostros, su comportamientos, sus costumbres y sus movimientos. Apenas veía algo que podía servirle para sus fines, lo dibujaba a lápiz en el cuadernillo de apuntes que siempre llevaba a la cintura. Este proceder lo repetía tantas veces como juzgase necesario para dar forma a la obra que tenía en mente. A continuación plasmaba todo esto en una figura que, una vez creada, movía el asombro». 

"La última cena" de Leonardo Da Vinci - Santa María delle Grazie - Milán

Sitio oficial de “Il cenacolo”: http://www.cenacolovinciano.org

Personalmente no pude ingresar a ver esta maravilla de la Historia de la pintura porque se debe reservar el turno con mucha anticipación y es imposible de calcular, para viajeros como yo, en que fecha exacta estarás en tal o cual sitio. De todas formas, lo intenté apersonándome en la Santa María delle Grazie, pero los italianos se mostraron inflexibles para el ingreso de quienes no hubieran realizado la correspondiente reserva.



EN EL RECUERDO ETERNO

En 1516 Leonardo se marchó a Francia junto con su ayudante, el pintor Francesco Melzi, y quizás también con Salai; su nuevo mecenas y protector. 
El rey de Francia Francisco I, los instaló en la casa donde éste vivió en su niñez, el Castillo de Clos-Lucé, cerca del castillo de Amboise. 
Fue el «primer pintor, primer ingeniero y primer arquitecto del rey», y recibió una pensión de 10.000 escudos. 
En la corte francesa estaban más interesados por el pintor que por el ingeniero, lo cual en Italia era lo más valorado. El hecho de que Francisco I le diera el castillo de Clos-Lucé se puede entender como un mensaje a Leonardo para que «hiciera lo que él quisiera», porque estaba fascinado con Leonardo y lo consideró como un padre. 
La casa y el castillo de Amboise estaban conectados por un paso subterráneo que permitía al soberano rendir visita al artista y hombre de ciencia con total discreción. Leonardo proyectó el palacio real de Romorantin, que Francisco I pretendía erigir para su madre Luisa de Saboya: sería una pequeña ciudad, para la cual previó el desvío de un río que la enriqueciera con agua y fertilizase la campiña vecina. En 1518 participó en las celebraciones del bautizo del Delfín y de las bodas de Lorenzo de Médici con una sobrina del rey francés. 
El 23 de abril de 1519, Leonardo, enfermo desde hacía varios meses, redactó su testamento ante un notario de Amboise. Pidió un sacerdote para confesarse y recibir la extremaunción. 
Murió el 2 de mayo de 1519, en Cloux, a la edad de 67 años. 
La tradición cuenta que murió en brazos de Francisco I, pero probablemente esto se basa en una interpretación errónea de un epígrafe redactado por Giorgio Vasari: «sinu regio», que pueden significar, en el sentido literal «sobre el pecho de un rey», pero también, en un sentido metafórico, «en el afecto de un rey», y puede contener una alusión a la muerte de Leonardo en un castillo real. 

Tumba de Leonardo en la capilla de Saint-Hubert, en Amboise, Francia - Foto web

Según su última voluntad, sesenta mendigos siguieron su séquito y fue enterrado en la capilla Saint-Hubert, en el recinto del castillo de Amboise. 
Leonardo no se casó nunca, y no tuvo ni esposa ni hijos; legó el conjunto de sus obras para que fueran publicadas por su discípulo preferido, Francesco Melzi, alumno desde los diez años. Le dio sobre todo sus manuscritos, cuadernillos, documentos e instrumentos. Francesco, después de haberlo acompañado durante su estancia en Francia, se quedó con Leonardo hasta su muerte, y administró su herencia durante los cincuenta años posteriores a la muerte de su maestro. Sin embargo, no publicó nada de las obras de Leonardo ni vendió ninguna de las numerosas pinturas, como por ejemplo La Gioconda, que se encontraba todavía en su taller. 
Los viñedos de Leonardo fueron divididos entre Gian Giacomo Caprotti da Oreno, otro alumno y discípulo muy apreciado por Leonardo que había entrado a su servicio a la edad de quince años, y su sirviente Battista di Vilussis. 
La muerte de Leonardo es también el comienzo de la dispersión y la pérdida de dos tercios de los cincuenta mil documentos originales multidisciplinarios redactados en viejo toscano y codificados por él. Cada carné, manuscrito, página, croquis, dibujo, texto y nota fue considerado plenamente como una obra de arte. No han quedado más que unos 16.000 documentos, de los cuales la mayoría se conserva en el archivo de la Ciudad del Vaticano. 

Veinte años después de la muerte de Leonardo, Francisco I le confesó al escultor Benvenuto Cellini: 

“Nunca ha habido otro hombre nacido en el mundo que supiera tanto como Leonardo, no tanto en pintura, escultura y arquitectura, sino en filosofía”. 
Fuente: Wikipedia

6 comentarios:

  1. Un monstruo irrepetible, un espíritu inquieto, insaciable de experimentar y de saber, polifacético como pocos. Innovador en todo lo que se proponía, muy contados casos como este genio ha dado la historia. A su lado sólo pueden medirse talentos de la talla de Miguel Ángel o Bernini. Pocos más.
    Por cierto, a mí el retrato que más me gusta de Leonardo -y es algo relacionado con el gusto personal- más que la Gioconda, es La dama del Armiño. Tiene para mí un encanto y una frescura peculiares.
    Un saludo.

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    1. Yo, en rigor de la verdad, admiro mucho más que su pintura en sí, esa genialidad de sus dibujos analíticos, sus croquis, porque además de su manejo gráfico se puede apreciar el espíritu inquieto e inquisidor de, como dices tú, un genio irrepetible.
      Saludos, Cayetano!!!!

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  2. Un avanzado en su Tiempo del cual has hecho un documento magistral.
    Vengo del blog de Mariela Parma y me ha encantado tu blog; por lo cual, si no te importa, me gustaría ser seguidor de tan bello Espacio, que es es Tuyo.
    Abrazos.

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    1. Gracias, Pedro, por tus elogios! Yo en realidad recopilé toda esta información de distintos sitios y testimonios antes de viajar a Italia. Gran parte de mis historias pertenecen a mis estudios artísticos, pero otra gran parte a mi espíritu de investigación. No hubiera podido realizar este viaje, sin saber bien dónde pisaba y quiénes habían "pisado" el mismo suelo en la historia. Leonardo, obviamente, fue una figura muy presente en el viaje. Ya iré publicando más fotos (mías) y más historias, así que será un placer compartirlas contigo si lo hecho hasta aquí fue de tu agrado. Bienvenido! Y abrazoooo

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  3. buenisimo todoo

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    1. Muchísimas gracias! Me alegra que te haya interesado esta publicación sobre un artista y genio que admiro profundamente. Regresa cuando quieras. Gran abrazo.

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