"...He visto más cosas de las que recuerdo, y recuerdo más cosas de las que he visto..."

Este no pretende ser un blog de viaje pero, sin embargo, es la consecuencia, o la razón, de un viaje soñado, que me permitió coleccionar una gran cantidad de fotos, información, leyendas y testimonios que consideré apropiados para compartir con otros que, como yo, adoren las maravillas que atesora este país: Italia.

Espero que lo disfruten:

BENVENUTI - ¡ BIENVENIDOS A MI BLOG ! - WELCOME

lunes, 29 de octubre de 2012

Santa María del Popolo, en Roma


LA SANTA MARÍA DEL POPOLO Y LA TUMBA MALDITA





Santa Maria del Popolo es una basílica de Roma, situada en la Piazza del Popolo, junto a una de las antiguas puertas de la ciudad (Porta del Popolo). Tanto la iglesia como la puerta del Popolo, son muy famosas y son, casi con seguridad, una de las visitas obligadas de cualquier visitante que arribe a Roma pero, sin embargo, ambas mantienen sendos secretos, muy poco conocidos por la mayoría de los turistas.

Cúpulas en Piazza del Popolo - Roma

En el Cerro de Ortuli entre Muro Torto y el Pincio, entre la Piazza del Popolo y Piazza Flaminio, dividido por la Muralla Aureliana y Porta del Popolo, estaba la verdadera tumba de Nerón, que no debe confundirse con el área del mismo nombre de los suburbios del norte . Cuando Nerón se suicidó, fue enterrado allí y en la tierra que cubría la tumba, fue plantado un nogal. En las crónicas de la época, se dice que casi de inmediato, comenzó a reunirse en ese lugar una horda de demonios e, incluso, tiempo más tarde, las célebres brujas de Roma decidieron celebrar allí sus reuniones, bajo ese nogal que, a su vez, había alcanzado un tamaño absolutamente extraordinario para una planta de su especie.


Cúpula de la Santa María del Popolo - Roma

Casi mil años después, el Papa Pascual II decide que había que hacer algo para detener las reuniones de las blasfemas y, finalmente, cuando en 1099 se le aparece la Virgen en un sueño, piensa en dispersar las cenizas del emperador en el Tiber y construir en el sitio que albergaba la tumba, una iglesia: la San María del Popolo. De allí es que esta iglesia siempre ha estado rodeada de un aura de misterio y que, algunos escritores como Dan Brown en “Ángeles y Demonios”, la utilizan como fondo de sus historias. El altar está situado justo donde se había plantado el nogal del mal.





Con respecto a la Porta del Popolo, según la tradición antigua, en las afueras de ésta (antes Porta Flaminia), junto a la iglesia de Santa Maria del Popolo, era el sitio utilizado para el enterramiento de las prostitutas, los ateos y los presos que se habían negado al arrepentimiento antes de morir en el cadalso, porque a todos ellos se les prohibía descansar en tierra sagrada, es decir, dentro de las murallas de la ciudad. Es así que se origina este "cementerio de la Fatalidad", y dicen que los espíritus de los muertos enterrados aquí, todavía vagan en busca de venganza contra aquellos que los condenaron. Las voces populares afirman que no hay que sorprenderse, además, si en esa zona, llamada Muro Torto, ruta obligada para el regreso a casa de todos los días, los automóviles presentan extrañas fallas, o se quedan, repentinamente, sin combustible.
Pero esto no es todo, peor aún es el hecho de que, en la parte superior de las paredes, se han debido colocar unas redes para prevenir el gran número de suicidios de quienes eligen los muros de Villa Borghese (que dan a esta calle) para poner fin a sus vidas, acto demencial que también se les suele adjudicar a la mala influencia de los espíritus inquietos.


Porta del Popolo - Roma

Por último, en esta ciudad llena de historias y leyendas, se puede agregar que, en la misma Piazza del Popolo, está emplazada una placa recordatoria de Montanari Carbonari Targhini, justo frente a la Basílica Santa Maria del Popolo, e indica el sitio en el que fueron enterrados Targhini Carbonari y Montanari, ambos decapitados en 1825, cuyos fantasmas, según la leyenda urbana, deambulan por las noches por el sitio, con las cabezas en sus manos, dando los números para el juego de la lotería a los valientes que puedan sostenerles con coraje la mirada.

Placa recordatoria de Montanari Carbonari Targhini - Piazza del Popolo
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sábado, 27 de octubre de 2012

Chianti, un nombre que suena a vino

La Toscana es la región italiana situada hacia el noroeste-centro de Italia, cuya capital regional es Florencia, y en el corazón de la Toscana, existe un área minúscula conocida internacionalmente por sus vinos, se trata de la región del Chianti. Sin embargo, esta zona, no sólo debe su fama a los vinos sino, también, a la belleza de sus paisajes que aparecen en muchos pinturas y se mencionan en diversas obras literarias. Es una tierra fértil, de excelentes olivares, bosques verdes, y unas uvas deliciosas que apenas esperan para ser escogidas de la vid y convertirse en vino.




Por muchos años, los italianos han gozado del prestigio y del reconocimiento por tener la cosecha más grande de uvas y las vendimias más finas del vino del mediterráneo. Los granjeros pueden agradecer hoy a los fenicios que fueron quienes trajeron las vides a esta región, a la que llamaron: “Oenotria” (tierra del vino). Estos campos maduros, combinados con el sol y el aire de Toscano, tentaron a muchos otros como los griegos, los etruscos y los romanos, al cultivo de vides en la región, quienes, en muchos casos, trajeron también sus propias vides para mezclarlas con las originales. Quizás los vinos de Chianti, y particularlmente los del área de Gallo Nero, sean los más famosos entre los vinos tintos italianos, y es probablemente por eso que cuando alguien piensa en vinos italianos sencillamente le viene a la cabeza el nombre de Chianti.
En general, el vino Chianti se debe elaborar siguiendo algunas normas concretas para poder llamarse así. Las principales uvas que lo componen son las sangiovese, merlot, cabernet sauvignon, chardonnay, syrah, trebbiano y malvasia. Todas las reglas para su producción, están reflejadas en el “código de producción de Chianti Clásico”, en el que se especifica la cantidad (proporción) y el tipo de uvas que se pueden usar para elaborar esta variedad. De todas estas uvas, la más importante es la Sangiovese, que puede tener un porcentaje del 75 al 80%. El 20 ó 25% restante puede ser elegido por el vinicultor (el productor). Se pueden usar uvas locales tales como las canaiolo nero o colorino, pero desde el año 2006 el código de producción dejó de aceptar las uvas blancas Trebbiano y Malvasia. Obviamente, el Chianti se puede elaborar sólo con uva Sangiovese, en un porcentaje del 100%, recibiendo el nombre de "in purezza". El vino de Chianti tiene un color rojo rubí y un aroma a violetas. No es suficiente con tener un viñedo de uva sangiovese, sino que también es requisito contar con una determinada exposición solar y un cuidado especial a la hora de elaborar el vino. El vino se preserva en bodegas o en barriles, convirtiéndose en un "riserva", con una maduración mínima de 24 meses, una graduación de alcohol de 12,5° y al menos tres meses de envejecimiento en botella.
                                                                                                                                                   

CASTELLINA IN CHIANTI

Es uno de los centros más importantes de la región, situado sobre una colina que domina los valles del río Arbia, de Elsa y de Pesa. Para visitarla será necesario contar con un propio medio de transporte porque, no obstante estar relativamente bien comunicada con Siena, hay que olvídarse del transporte público para ir a Castellina in Chianti.



De origen etrusco, Castellina pasó a ser dominio de Florencia desde el siglo XII, y se convirtió en un importante puesto de avanzada a causa de su posición estratégica a lo largo de la carretera que conecta Florencia con Siena. Fue destruida y reconstruida varias veces debido a la lucha entre estas dos ciudades, e incluso se dice que el mismísimo Brunelleschi habría sido convocado para el diseño de una parte de sus fortificaciones.




Castellina in Chianti se caracteriza por sus muros y su fortaleza almenada, que fue restaurada en el año 1927, y es ahora sede del ayuntamiento y de un centro de exposiciones.La Via Ferruccio, está llena de tiendas de artesanías, restaurantes y edificios importantes como el Palacio Banciardi y el Palazzo Squarcialupi, ambos pertenecientes a familias importantes de la región. Dentro Palazzo Squarcialupi hay una importante enoteca con exposición de los colectores por más de 100 años y es, además, un importante archivo histórico para la conservación de las características originales del Chianti Classico.



Es un pueblito muy pintoresco, con un carácter íntimo, con la belleza de esos minúsculos conglomerados italianos que parecen haberse detenido en el tiempo y en la historia.


jueves, 25 de octubre de 2012

Pisa es mucho más que su Torre inclinada

Italia, para quienes amamos la historia y el arte, es mucho más que hacer turismo en un país, es meterse en un libro, es caminar por una pintura, es pisar sobre los pasos de un grande de la historia, y es otras cosas más…es sorpresa, es como soñar despierto.
Cuántas veces habremos visto imágenes de la Torre de Pisa? O cuántas otras nos habremos preguntado por qué está inclinada? Se caerá o no se caerá? Pero nada de eso importa, todo desaparece cuando uno arriba a esta ciudad y se topa, al apenas traspasar sus muros por la “Porta de Santa María”, con todo el complejo de la “Piazza dei Miracoli” : el campanario (porque la Torre es, en realidad, un campanario), la catedral (Santa Maria Assunta) , el baptisterio y el Camposanto Monumentale (el cementerio) , que conforman un grupo arquitectónico que puede ser interpretado simbólicamente como los tres momentos fundamentales de la vida humana: el nacimiento (Baptisterio), la vida (catedral) y la muerte (cementerio). Cuando los ves por primera vez, en vivo y en directo, te cortan el aliento, te transportan y sobrecogen, te emocionan…porque son inmaculadamente blancos…y si el cielo está azul, son como una intromisión celestial, casi una impertinencia estética.



Después del primer impacto, y recién entonces, podés ver que te rodean turistas por doquier, tomándose fotos como “sosteniendo” la Torre, un clásico. También después podés bajar a lo mundano y prestar atención a otras cosas…como la gran cantidad de tiendas de souvenirs que te rodean, o podés reconocer que siempre, indefectiblemente siempre, habrá algún oriental que, cámara fotográfica en mano, se te cruzará por delante cuando estés por capturar la foto de tu vida…




Pero Pisa es más que esto, es más que lo que recordábamos y más de lo que imaginábamos que íbamos a ver…una ciudad iluminada por un románico marmóreo de influencia lombarda y árabe, el románico pisano, que tuvo su máximo apogeo en torno al siglo XIII, y que precedió a una admirable pléyade de escultores, cuyas obras se expandieron tambíén a otras ciudades como Florencia y Siena.
Pisa es mucho para los sentidos, de verdad!
El “Ponte Conte Ugolino" llamado Ponte di Mezzo, es un puente sobre el río Arno situado idealmente en el centro de la ciudad, y es el punto perfecto para admirar los muelles, los palazzo-rayados de Pisa y el Logge di Banchi sobre su lado sur.




Cuando la Torre de Pisa comenzó a construirse en 1173, bajo la dirección del arquitecto Bonanno Pisano, ya presentaba cierta inclinación en las primeras tres plantas, y los trabajos debieron suspenderse. Noventa años después de la muerte de Bonanno Pisano, Giovanni Di Simone intentó enderezar la torre, aunque sin éxito, y fue finalmente otro arquitecto, Giovanni Pisano, quien terminó la obra después de 177 años, en el año 1350. La inclinación de la Torre se debe a la extrema inestabilidad del terreno y, si bien permanentemente distintos especialistas trabajaron para intentar detener las variaciones de la pendencia, el 27 de febrero de 1964, el gobierno de Italia debió pedir ayuda para prevenir su inminente caída. Un conjunto de ingenieros, matemáticos e historiadores fue asignado al proyecto, y tras dos décadas de trabajo, la torre fue cerrada al público en enero de 1990, para ser otra vez reabierta al público el 15 de diciembre de 2001.




Pisa, fundada hacia el siglo VII a.C., fue una ciudad marinera etrusca y luego romana que, en la Edad Media, compitió en el mar con Venecia y Génova, extendiendo su influencia desde la costa africana a las islas de Córcega, Sicilia y Cerdeña. Luego, en las luchas entre el Papado y el Imperio, acabaría siendo dominada por sus vecinas, para finalizar en poder de los florentinos, a comienzos del siglo XV, bajo cuyo dominio florece culturalmente, albergando, entre otros, al gran Galileo Galilei…


LA LEYENDA DE GALILEO EN LA TORRE DE PISA


Ya desde 1590, la ciudad de Pisa era famosa por su torre inclinada, aunque la inclinación era, entonces, sólo la mitad de lo que es ahora, y suficiente como para que si alguien arrojase algún objeto desde sus pisos altos, ese objeto llegase al suelo sin que las cornisas u otras salientes del edificio se interpusieran en el camino.
Una mañana Galileo, por entonces profesor de la Universidad de Pisa caminaba hacia la torre acompañado por varios de sus alumnos, y por un buen número de colegas, todos con intenciones bien distintas. Los alumnos acudían para aprender una lección de la naturaleza preparada por su maestro, mientras que los segundos, probablemente, iban a burlarse del fracaso en el que creían iba a incurrir su compañero, por quien tenían cierto recelo ya que osaba oponerse a las ideas científicas de su tiempo.
Aristóteles había señalado que todo cuerpo sólido caía a la Tierra con una velocidad en función de su peso (a mayor peso del objeto, mayor sería su velocidad de caída), de modo que si un cuerpo pesase el doble que otro, tardaría la mitad del tiempo en recorrer la misma distancia.
Al llegar a la torre, Galileo ascendió los siete pisos y se situó en el lado inclinado, el más próximo al suelo, extrajo de su bolsa dos objetos: una bala esférica de cañón hecha de hierro fundido y otra bala, también esférica y de hierro, pero de fusil (diez veces más ligera que la primera). Lo que pretendía demostrar el científico con este experimento era que los cuerpos caen a la Tierra con la misma velocidad, independientemente de sus pesos. Si él tenía razón, las dos esferas, no obstante su diferencia de peso, llegarían al suelo casi al mismo tiempo, y lanzó las dos balas desde una altura de aproximada a los cincuenta metros. Por supuesto, y ante la mirada atónita de los curiosos, Galileo pudo comprobar su teoría!
Esta historia fue descripta por el discípulo y biógrafo de Galileo, Vicenzo Viviani, aunque, sin embargo, algunos estudiosos de la obra del genial físico, consideran que lo más probable es que se tratara de un experimento “intelectual”, jamás llevado a cabo en la realidad, ya que el propio Galileo no lo menciona en sus escritos, tal como solía hacer siempre...y es por esto que esta historia trascendió como leyenda.




CURIOSIDADES PISANAS

Las uñas del diablo: en el lado norte del Duomo se encuentra un trozo de mármol de origen romano en la que hay una serie de pequeños agujeros.Según la leyenda, serían las marcas dejadas por el diablo cuando se aferro del Duomo en un intento por detener su construcción, por ello toma en nombre de “garra del diablo.”Siempre según la leyenda, el número de estas uñas varían a pesar de cada vez que trata de cuantificar (alrededor de 150, con algunos signos menos legibles lo que dificulta su conteo). Los visitantes que tratan de contarlos no pueden obtener el mismo número en forma consecutiva.

El pequeño lagarto de la suerte: la entrada principal del Duomo tiene numerosas decoraciones en relieve, entre las cuales existe un pequeño lagarto que tradicionalmente trae buena suerte a quien lo toca, por este motivo es frotado por muchos visitantes.

Don Mussolini al rescate: se cuenta que Benito Mussolini decidió colocar la Torre en posición vertical, por lo cual ordenó verter cemento en sus cimientos, los resultados empeoraron la inclinación y el hundimiento de la Torre.

Salvada a último minuto: en la Segunda Guerra Mundial, la armada de los Estados Unidos decidió demoler todas las torres de Pisa, que representaban un peligro por las posiciones que podían tener los francotiradores del otro bando. La Torre de Pisa se salvó por una orden de retirada en el último instante.

Camposanto recuperado: el 27 de julio de 1944 los Aliados lanzaron bombas incendiarias sobre el Camposanto, las cuales prendieron fuego al tejado y lo cubrió de plomo fundido, destruyéndolo. Desde 1945 las obras de restauración han ido avanzando y actualmente el Camposanto ha recuperado su estado original.

martes, 23 de octubre de 2012

Lucca y Puccini


INDOVINELLO DI GIACOMO PUCCINI NELLA OPERA TURANDOT
(Adivinanza de Giacomo Puccini en la ópera Turandot)


“Nella cupa notte, vola un fantasma iridescente, s'alza e spiega l'ale sulla nera e infinita umanità. Tutto il mondo l'invoca e tutto il mondo l'implora. Ma il fantasma svanisce coll'aurora, per rinascere nel cuore. Ed ogni notte nasce ed ogni giorno muore.”
(En la noche oscura, vuela un fantasma iridiscente, se levanta y despliega las alas sobre la negra e infinita humanidad. Todo el mundo lo invoca y todo el mundo lo implora. Pero el fantasma se desvanece con la aurora, para renacer en el corazón. Y cada noche nace y cada día muere)

Risposta: la speranza (la esperanza)


Para comprender esta adivinanza de Puccini, a la que fuera de contexto cualquiera respondería: la luna, es necesario conocer primero la trama de la ópera en la que se circunscribe: Turandot.
La princesa Turandot desprecia a todos los hombres por el maltrato que una de sus antecesoras había recibido, y decide, entonces, que ningún hombre la poseería jamás, y que tomaría venganza de todos ellos mandándolos a decapitar si no lograban descifrar 3 acertijos. Sin embargo, un extranjero llamado Calaf, logra descifrarlos, pero como no quiere forzar la entrega de la princesa, decide darle a ésta la oportunidad de librarse del compromiso si logra averiguar cuál es su nombre antes del amanecer. En respuesta, la princesa ordena, bajo pena de muerte, que nadie duerma en Pekín hasta que se conozca el nombre del extranjero.

En esa noche es cuando Calaf (interpretado aquí a continuación por Luciano Pavarotti) canta el Aria más famosa de esta ópera: “Nessun dorma” (ninguno duerma)
                      

LUCCA, LA TIERRA DE PUCCINI

Giacomo Puccini, compositor italiano de ópera, considerado entre los más grandes de fines del siglo XIX y principios del XX, nació en Lucca un 22 de diciembre de 1858 y murió en Bruselas en 1924.
Lucca es una ciudad en la Toscana, del centro-norte de Italia, capital de la provincia homónima, que presenta una particularidad respecto de otras ciudades de la región, y es que las murallas medievales que la rodean, lograron permanecer intactas aún después de su expansión y modernización, para convertirse, actualmente, en paseos peatonales que rodean la ciudad antigua, bordeados de diferentes especies arbóreas.
La Casa di Puccini está abierta al público, y en el casco antiguo se puede visitar un pequeño museo con fotos, manuscritos y libretos originales relacionados con la vida y la obra del ilustre maestro.

 
Casa natal de Giacomo Puccini en Lucca - Italia

Lucca es una ciudad, aunque pequeña, muy vivaz, con calles que guardan la elegancia de otros tiempos, casas con muros en tonos rosados y altas fachadas, y preciosas iglesias catalogadas como lo mejor del románico pisano.



La ciudad fue una República independiente durante 500 años, y así se mantuvo milagrosamente ajena a la destrucción de la guerra, por lo conserva intactos los patrimonios artísticos más importantes de la Toscana.
Está ubicada entre Pisa y Florencia, y presenta una perspectiva diferente al visitante: se la puede recorrer sin tráfico, porque el casco antiguo ofrece la posibilidad al turista de “sumergirse” en una atmósfera que le permite apropiarse de una sensación libre de tiempo y espacio.



Turandot, fue la última ópera de Pucini, y quedó inconclusa tras su muerte.Las últimas dos escenas fueron acabadas por Franco Alfano, bajo la supervisión de Arturo Toscanini. La noche del estreno, el propio Toscanini, que dirigía la orquesta, interrumpió la interpretación donde el maestro había dejado la composición, se volvió al público desde el podio dejando la batuta, y con voz queda y emocionada mientras lentamente se bajaba el telón, pronunció las siguientes palabras:

"Aquí finaliza la ópera, porque en este lugar murió el Maestro".



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sábado, 20 de octubre de 2012

San Carlo alle quatro fontane, en Roma

  
San Carlino - Roma - Foto web
SAN CARLO ALLE QUATTRO FONTANE o SAN CARLINO

La pequeña iglesia romana de San Carlo alle Quattre Fontane, también llamada San Carlino, fue construida entre 1634 y 1667 por Francesco Borromini, y continuada por su sobrino después de su muerte. El nombre de esta iglesia se debe al hecho de que en cada una de las cuatro esquinas que se forman en la intersección de la Via del Quirinale (que se conoce con el nombre de Via XX Settembre) con la Via Felice, hay cuatro fuentes con deidades paganas que representan los cuatro ríos, tres de ellas diseñadas por Domenico Fontana, y la restante es obra de Pietro da Cortona.
San Carlino tiene un aspecto exterior muy particular, ya que su fachada parece seguir un movimiento ondulatorio, marcado por la alternancia rítmica de formas que salen y retroceden, y que lo hacen semejante a un cuerpo plástico vibrante.
De Borromini, el aquitecto barroco encargado de su construcción, uno de los más famosos de Roma, se dice que fue el responsable de “eliminar las esquinas” de la arquitectura de la época. El espacio interior de la iglesia, fue proyectado en base a lo que era una obsesión en el siglo XVII: el uso de intrincados patrones geométricos y de ejercicios, hasta alcanzar esta unidad que puede ser articulada, pero no descompuesta en elementos independientes, y cuyo punto de partida fue el óvalo tradicional fusionado con la “cruz griega”, generando un cuerpo bi-axial que aparece “cosido” por las columnas dispuestas en continuidad ondulatoria. Verticalmente San Carlino presenta una consistencia más débil, pero no menos bella, que la horizontal, ya que Borromini mantuvo allí una organización tradicional, basada en formas de tambor sucesivas que conducen visualmente a la cúpula oval.




Borromini logró expresar en esta iglesia sus conceptos arquitectónicos bien contrapuestos a los del clasicismo de Bernini, el otro gran arquitecto y escultor de la época, su eterno rival, tanto en lo profesional como en lo personal, y cuyo vínculo merece un capítulo aparte.
La magia particular de esta iglesia consiste en que, a pesar de que uno reconoce estar ingresando a un ámbito de dimensiones reducidas, una vez en su interior, sobrecoge la magnificencia del espacio, y la amplitud lograda con el excelente uso de los elementos espaciales.




A través de una escala gráfica en metros, es posible estimar el tamaño de esta pequeña iglesia comparado con los monumentos elevados construidos en Roma, como S. Pedro:

Superposición de San Carlino sobre San Pietro
Foto web - Fuente:

Como en la mayoría de las iglesias italianas, a excepción, claro está, de los grandes monumentos tradicionales, sorprende la escasa presencia de turistas, y subyuga el silencio de lo que, en una primera instancia, iba a ser el mausoleo del propio Borromini y que, finalmente, quedó sólo un espacio vacío en el subsuelo, donde pareciera sobrevolar su atormentado espíritu.


Subsuelo de San Carlino - Roma

BERNINI  VS  BORROMINI
Gian Lorenzo Bernini y Francesco Borromini vivieron en la mitad del siglo XVII, y dotaron a Roma de algunas de las obras más representativas del barroco italiano.

Bernini nació en Nápoles, pero pasó la mayor parte de su vida en Roma, fue un gran arquitecto y pintor, aunque es más conocido por su talento en la escultura. Según muchos historiadores, fue el verdadero fundador de la escultura barroca.

Borromini introdujo el lenguaje figurativo en el estilo barroco, su arte fue hecho de líneas sinuosas y contrastes. Era un hombre notoriamente difícil y de mal carácter. Se vestía con excentricidad, era hipocondriaco y melancólico y estaba poseído por unos celos irracionales hacia Bernini, por encima del resto de sus contemporáneos. Con veinte años llegó a Roma, donde comenzó a trabajar en las obras de la Basílica de San Pedro junto a su pariente lejano Carlo Maderno, uno de los grandes arquitectos de la época. A la muerte de éste, Borromini supuso ponerse al frente de las obras pero, sin embargo, es desplazado por Bernini, el joven y talentoso escultor que gozaba de los favores del nuevo papa Urbano VIII. Borromini se vió entonces obligado a trabajar en el equipo de Bernini, y a partir de aquí nace una rivalidad que duraría toda la vida de ambos.

   La preferencia del papado por la obra de Bernini fue, sin duda un factor determinante en el desarrollo de ambos artistas. El Vaticano veía en Barnini al hombre perfecto para ensalzar la imagen de la iglesia, y sólo durante el papado de Inocencio X (1644-1655) Borromini alcanzará el ansiado puesto de arquitecto principal de Roma. Pero su hegemonía sería breve, ya que con la llegada de Alejandro VII la estrella de Bernini resplandecerá con más fuerza que nunca. Los enfrentamientos entre ambos artistas fueron constantes.
   En 1644, Bernini sufre uno de los peores fracasos de su carrera con la caída del campanario que había diseñado para la fachada de la Basílica de San Pedro. Antes, incluso, de que saliera la primera grieta, Borromini había ya criticado su proyecto argumentando que la torre era demasiado pesada, y hasta llegó a acusarlo de “incompetencia técnica”. Unos años más tarde, Bernini se tomaría la revancha, al arrebatar a Borromini un proyecto que era prácticamente suyo. Se trataba del encargo de la construcción de la “Fontana dei Quattro Fiumi” de la Piazza Navona, para la que Borromini había sugerido el tema e, incluso, había desarrollado el sistema de canalización. Pese a todo, el papa escogió finalmente a Bernini. El grupo escultórico, que representa los cuatro grandes ríos conocidos de la época: el Nilo, el Ganges, el Danubio y el de la Plata, han sido objeto de una leyenda que ha llegado hasta nuestros días, según la cual una de las figuras masculinas que esculpió Bernini, parece proteger su rostro con la mano levantada, y se decía que era debido a que la iglesia de Sant ‘Agnese in Agone, construida por Borromini y situada justo en frente, podía derrumbarse en cualquier momento. Aunque este rumor es totalmente infundado, ya que Bernini construyó la fuente antes que Borromini la iglesia.
   Hastiado de una vida llena de decepciones y marcada por su eterno conflicto con Bernini, del que nunca salió victorioso, Borromini vivió sus últimos días inmerso en una profunda depresión. Mientras Bernini seguía recibiendo importantes encargos del papado, Borromini ya sólo remataba pequeñas obras para órdenes religiosas sin grandes recursos económicos.
   En julio de 1667 y tras enterarse de que se había encargado a su adversario la construcción de la tumba del papa Inocencio X, quemó todos sus escritos y diseños y se encerró en su casa, de la que no volvería a salir con vida. Borromini falleció en la noche del 3 de agosto a consecuencia de las heridas que se había producido el día anterior al arrojarse contra su propia espada.
   Pidió ser enterrado en una tumba sin nombre al lado del que había sido su maestro, Carlos Maderno en la Iglesia de San Giovanni dei Fiorentini.
   Quizá nunca llegó a sentirse digno de que la gente recordara su nombre.


Sant´Agnese in agone - Obra de Borromini - Piazza Navona - ROMA

Fontana dei Quattro Fiumi - Obra de Bernini
Piazza Navona - ROMA

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PINUS PINEA: un árbol en Italia


Pinus pinea en los Foros Romanos - Roma

Uno de los primeros y más impactantes recuerdos visuales para cualquier turista latino que arriba a Italia, sobre todo si se ingresa por Roma, lo constituyen sus árboles, ya que se los encuentra por doquier…Los hay grandes, pequeños, frondosos o secos, con gran profusión de parques en todos los barrios. Qué curioso: provocan la sensación particular de “estar caminando en un paisaje post renacentista” de Nicolás Poussin o de Claudio de Lorena, tal vez porque abunda entre ellos una especie característica de la franja mediterránea, muy poco conocida en América, y a la que solemos recordar, justamente, por nuestra memoria visual proveniente del arte o de la fotografía. Se trata del Pinus pinea o pino piñonero, de la familia de las pináceas, cuyo nombre nace por su producción de grandes semillas comestibles con forma de piñones. Este pino es estéticamente bello, y se abre en una copa redondeada y achatada, como una sombrilla allá en lo alto del tronco único y rectilíneo, a unos 20 metros de distancia al suelo. El nombre “Pinus” ya lo utilizaba el poeta romano Virgilio, y puede que tal apelativo derive, a su vez, del término céltico pen, que significa ‘cabeza’, justamente en alusión a la redondez de su copa. Tiene un gran valor ornamental, pues es muy decorativo.
Lo recuerdo en el Monte Palatino, en las Termas de Caracalla, pero también se lo puede recordar en tantas otras localidades, curiosamente presentes en las proximidades de las ruinas lo que, más por intuición que por conocimiento, podría hacer referencia a la antigüedad de esta especie.


Pinus pinea en Camogli - Mar Ligure

He leído por la web un comentario muy imaginativo que afirma que los romanos parecen podar desde jóvenes las copas de estos árboles, para que con la edad adquieran esa forma de la melena de un caballero renacentista en sus copas!



miércoles, 17 de octubre de 2012

Roma I

Il Castel Sant´Angelo
El Castillo de Sant'Angelo o Castel Sant'Angelo (también conocido como el Mausoleo de Adriano o Mole Adrianorum) es un monumento romano situado en la orilla derecha del río Tíber, en frente del pons Aelius (actual puente de Sant'Angelo), a poca distancia de la Ciudad del Vaticano. El emperador Adriano inició su construcción en el año 135, con el propósito de destinarlo para mausoleo personal y familiar, pero fue terminado por Antonino Pío en el 139, cambió de uso y se convirtió en un edificio militar que se integró a la Muralla Aureliana en el 403. Su nombre actual proviene del año 590, cuando durante una gran peste que golpeó a la ciudad de Roma. el papa Gregorio I, afirmó ver al Arcángel San Miguel, sobre la cima del castillo, envainando su espada e indicando así el fin de la epidemia. Para conmemorar esta “aparición”, una estatua de bronce, obra de Pierre van Verschaffelt sobre un croquis de Bernini. Sin embargo, no es la única aparición que ha quedado en el anecdotario de este castillo…



EL FANTASMA DE BEATRICE CENCI

La ciudad de Roma parece ser un semillero de "apariciones extrañas”, y de entre ellas merece especial atención la de Beatrice Cenci. Los vecinos del Puente Sant´Angelo afirman que, durante las noches, se suelen escuchar golpes, acompañados del transitar de una etérea figura femenina que se acerca al Puente, se queda allí unos segundos observando el río Tiber, para después regresar en silencio, portando entre sus blancas manos, la cabeza separada de su cuerpo hace muchos siglos atrás. 
Nocturna Pont Sant´Angelo . Roma
El Castel Sant'Angelo es, sin duda, uno de los lugares más misteriosos de Roma, ya que fue escenario, durante siglos, de diferentes formas de horror y de tormento.
La historia de Beatrice Cenci está ligada a este Castillo, porque fue aquí donde la mantuvieron prisionera junto a su familia, y donde la condenaron a muerte, con apenas 16 años, bajo el cargo de parricidio, convirtiéndose en uno de los recuerdos más tristes del cinquecento italiano y en un claro ejemplo de “justicia injusta” para con una mujer víctima del estupro.

Interior del Castel Sant´Angelo - Roma

Hija de Francesco Cenci, Beatriz vivió una vida atormentada por la persecución sexual y las palizas propinadas por el déspota de su padre. Por aquellos años  del siglo XVI, todo el mundo estaba al tanto de los perversos gustos sexuales de Francesco Cenci, y la propia Beatrice había enviado una carta al Papa Clemente VIII, en la que detallaba estas torturas. Sin embargo, ese documento, única prueba de su legítima defensa, nunca llegó a destino, y perdida toda esperanza de salvación, Beatrice decidió, con la complicidad de su madrastra y de su hermano mayor, asesinar a su padre. Las declaraciones hechas por la joven durante el juicio, son un fiel testimonio de los horrores que ésta  debió padecer. Distinto de lo planeado, los sicarios encargados de llevar a cabo el crimen, se arrepintieron a último momento, razón por la cual fue la propia  Beatrice quien  terminó de ultimar al padre con sus propias manos.
Bernardo  y Santiago (hermanos de la joven), Lucrecia  (la madrastra) y Beatrice fueron tomados prisioneros en el Castel Sant'Angelo, donde se los torturó salvajemente  hasta la confesión. El Papa dispuso la pena de muerte, pero como toda Roma se puso del lado de la victimaria, el plazo se pospuso unos días y, no obstante haber contado con los mejores abogados para su defensa, Clemente VIII nunca quiso escuchar razón alguna para el perdón, y a las 4 de la mañana del Viernes, 10 de septiembre 1599 se llevó a cabo la sentencia para todos los miembros de la familia, excepto para Bernardo por ser apenas un niño.
El último diálogo mantenido entre Beatriz y el juez, certifica el grado de angustia de la joven:

"Juez: Usted ha cometido un crimen horrible.
 Beatriz: Elegí la justicia por mí misma.
 Juez: Que Dios tenga misericordia de usted. Mañana será llevada a la muerte.
 Beatriz: No quiero morir... ¿Quién me puede garantizar que no encontraré otra vez a mi padre! "
Interior del Castel Sant´Angelo - Roma
En la plaza de Ponte Sant'Angelo se construyó un gran escenario para las ejecuciones: las dos mujeres por decapitación y Santiiago por "golpes" que destrozarían su cráneo. Algunas fuentes afirman que el pequeño Bernardo, a pesar de haber recibido la gracia del perdón por su corta edad, fue castrado y atado a una silla justo delante del cadalso, para asistir a las ejecuciones de su familia.
Y la historia continuó, porque dos de los verdugos que habían llevado a cabo las ejecuciones terminaron trágicamente sus días: uno de ellos murió trece días después de la muerte de los Cenci, oprimido por las pesadillas y remordimientos que padecía por haber infringido feroces tormentos a los culpables; y el segundo, murió apuñalado un mes más tarde, en la puerta del castillo, cerca del lugar de la ejecución de Beatrice.
La historia se mantiene viva a través de distintos testimonios artísticos, ha sido llevada al teatro en puestas memorables y también al cine en dos ocasiones: una dirigida por Baldassarre Negroni en la versión muda del año 1926, y otra en 1969, en una adaptación más contemporánea, dirigida por Lucio Fulci. Las narraciones escritas de este suceso, ya sea como tema principal de una obra (“La tragedia di Beatrice Cenci” de Cesare Domenico) o integrando otros racontos y leyendas ( “Virgo Virago” de Francesca Santucci), sostienen en la conciencia romana este recuerdo negro de su historia.

Vista de Roma desde la terraza del Castel Sant´Angelo

Cuentan que un artista llamado Camucci, encargado de restaurar la obra “La Transfiguración” de Rafael en la iglesia de S.Pietro in Montorio, vió como unos soldados levantaban las losas de los sepulcros distrubuídos en el suelo de la chiesa, descubriendo todos los ataúdes que éstas cubrían, entre ellos, el de la joven Beatrice, que todavía conservaba el esqueleto y la cabeza a un lado, y cuya alma parece no haber superado nunca la tortura eterna…Todos los 11 septiembre, aniversario del ajusticiamiento, el cuerpo terrenal de la Cenci, sigue vagando por el Ponte Sant'Angelo con la cabeza cortada entre sus manos.

"Ningún juez me va a devolver el alma. Mi único delito es haber nacido! "

domingo, 14 de octubre de 2012

Lerici, nel Golfo dei Poeti



Si viajas a Italia y tienes pensado conocer la hermosa zona de Cinque Terre, deberías platearte ir un poco más allá, hacia el este, y conocer el Golfo de los Poetas.
En el Golfo dei Poeti, nombre de fantasía del Golfo de La Spezia, así bautizado en 1919 por el comediógrafo Sem Benelli, autor de "La cena delle beffe", debido a la cantidad de escritores, poetas e intelectuales que se dieron cita en esas márgenes (Dante Alighieri, Lord Byron, Percy Shelley, Mary Shelley, George Sand, Cesare Pavese y Marguerite Duras entre otros), se encuentra Lerici, una bella ciudad del Mar Ligure, de importante atractivo turistico.
Los orígenes de Lerici se remontan a la época de los etruscos que, posteriormente, en la Edad Media, pasó a ser una ciudad controlada por los genoveses. Después de ser vendida a Lucca, y ante el surgimiento de una serie de conflictos entre Génova y Pisa, como consecuencia de tener una posición estratégica en la frontera común de las litigantes, fue en esta ciudad donde se selló la paz definitiva entre ambas. En 1479, finalmente, Lerici quedó bajo control genovés.


MADI, LA “REINA DE LOS VAGABUNDOS”


Muchos turistas que visitan Lerici a diario, ascienden a pie los 75 metros sobre el nivel del mar sobre los que se encuentra situado el Castillo de San Terenzo, que hoy hospeda un Museo paleontológico, sólo con el fin de visitarlo. Construida en el siglo XII, y cuya propiedad fue alguna vez disputada por las repúblicas marítimas de Génova y Pisa debido a su ubicación estratégica, esta fortaleza supo alojar a prisioneros muy importantes pero, sin embargo, el recuerdo más preciado que ostenta, es el de haber sido custodiada durante años por la Maddalena Di Carlo, conocida por todos como "Madi", la joven guardiana que envejeció cuidándolo y a quien, al morir en 1984, dedicaron una habitación del castillo en su memoria. Madi era una mujer que se hizo famosa en todo el mundo por su amabilidad y hospitalidad y por quien, por ejemplo, el mismísimo Ernest Hemingway se molestó trasladándose hasta Lerici sólo con el propósito de conocerla, arribando acompañado, además, por la poetisa chilena Gabriela Mistral. En el castillo se conservan muchos de los regalos que enviaban a Madi, ya de regreso en sus países de origen, "sus chicos", aquellos jóvenes a los que hospedaba cuando éste se había convertido en albergue juvenil. Es muy particular el impresionante archivo de postales recibidas de todo el mundo en las que, además de los contenidos emotivos expresados en diferentes idiomas, se puede leer el simple sello de cabecera identificatorio de su destinataria: “ Madi,Italia”.
Se cuenta que durante el verano, cuando el castillo se llenaba de visitantes, a Madi le encantaba improvisar fiestas, y que fue durante una de ellas que la coronaron "Reina de los vagabundos”, utilizándose para la ocasión una corona casera, hecha de cartón y papel de aluminio. Su gran humanidad y generosidad siguen vivos en la memoria de los que han sido alojados alguna vez en este albergue y, actualmente, muchos de ellos regresan al lugar para revivir la calidez del ambiente de aquellos tiempos.


Nocturna en la Bahía - Castillo di San Terenzo

Las noches en Lerici, como en muchas otras ciudades italianas, se enciende imponente. Siempre es un lujo poder disfrutar de las pequeñas y grandes plazas que concentran a pobladores y turistas, un abanico de colores y de luces que se llevan de manera imborrable en la memoria, además de ser una provocativa invitación a la fotografía.


Los versos y las palabras dedicadas a Lerici y a sus fracciones por los grandes escritores que la habitaron o visitaron, constituyen una buena tarjeta de visita para esta ciudad. Actualmente Lerici está viviendo una dimensión de puerto turístico y de estación balnearia, y conserva intactos los testimonios de su pasado.

Plaza Garibaldi - Lerici