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sábado, 9 de febrero de 2013

Lago Carezza en las Dolomitas

En los Alpes Dolomitas, a unos 6 km de Nova Levante y a 25 km de Bolzano, en el Val d’ Erga, hay un pequeño lago alpino llamado Lago Carezza (nombre derivado de la adaptación al italiano de la palabra “Caricaceae”, que en el dialecto local se le aplica a una familia de plantas con hojas grandes y lobuladas), en cuyas aguas transparentes se refleja el macizo Latemar y todos los colores del paisaje circundante, razón por la cual también se lo conoce como "lago del arco iris".


El Carezza no tiene afluentes visibles, pero es alimentado por manantiales subterráneos que le traen agua desde las altas cumbres. Su nivel de agua varía continuamente conforme a la temporada del año en la que se encuentre, aunque es al final de la primavera cuando alcanza su nivel más alto debido al derretimiento de la nieve de las montañas, y en octubre, cuando estuve allí, es cuando registra su nivel más bajo. 
El aspecto espectacular del lago siempre ha generado admiración y asombro, y en torno a él se conocen muchas leyendas de Tirol del Sur , así como numerosos escritores y poetas también lo han convertido en inspiración para sus pinturas e historias.



Hay una antigua leyenda local que pretende explicar la causa de la riqueza de los colores del Carezza: 

En el tiempo de los tiempos, en este lago vivía una bellísima ninfa que solía sentarse en su orilla para cantar mientras se peinaba sus largos cabellos rubios.
Apenas alguien turbaba la soledad del lugar, la bella ninfa se zambullía en las aguas y desaparecía rápidamente. Sobre el Latemar, el monte que se refleja en las aguas del lago, vivía un hechicero que se enamoró de la ninfa y decidió secuestrarla para hacerla su esposa pero, sin embargo, ninguna de las estratagemas que usó para acercarse a la joven pareció turbarla. 
Entonces, desesperado, consultó a una bruja que vivía sobre el vecino Catinaccio:”Te enseño yo, -le dijo la bruja-, fabrica un arco iris para unir el lago con la veta del Latemar, y verás como la ninfa, ávida de curiosidad por no haber visto nunca el arco iris, saldrá de las aguas, y tú, disfrazado de mercader, llena tu bolsa de ricas joyas para ofrecérselas, y así verás cómo la atraerás hacia tu bosque de donde después le será difícil huir.”
El hechicero siguió el consejo de la bruja, y al día siguiente un magnifico arco iris resplandeció en el cielo, formando un puente de luz entre la montaña y el lago centellante. La ninfa salió para admirarlo pero el hechicero, olvidándose de disfrazarse de mercader, se precipitó hacia la bella criatura para amarrarla, y ésta, ágilmente se sumergió en la profundidad de las aguas, mientras resonaba a lo lejos la carcajada burlona de la bruja.
Enfurecido, el mago malvado, tomó el arco iris y lo despedazo; los trozos luminosos cayeron en el lago y, dice la leyenda, fue así como transmitieron a las aguas sus colores que todavía hoy maravillan a los turistas.


Se puede llegar a este Lago por la carretera 241 (carretera de la Val d'Ega), una calle muy concurrida en verano, a través del Paso de Costalunga, ubicado en las inmediaciones del lago, que lleva a Vigo di Fassa, donde se conecta con la carretera estatal 48 en los Dolomitas.
A unos cuantos kilómetros del Lago está el famoso campo de golf "Golf Club Carezza", un campo de 9 hoyos con una impresionante belleza del paisaje circundante.


4 comentarios:

  1. Patzy, cuántas cosas bellas subís de mi querida Italia. Las miro, pero no siempre tengo tiempo de dejarte un mensaje.
    Sabés presentar muy bien cada lugar, tanto por las fotos como por los comentarios históricos.
    Muchos besos

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    1. Es que amo tu Italia, Mirella, así que te pido prestado un pedacito! Je! El otro día le decía a mi esposo: tengo tanto material para publicar, y todo me parece tan interesante, que cada día me pregunto por dónde empezar?! Vamos de a poco...seguí pasando y ya verás! Gran abrazoooo

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  2. Precioso el lugar, el texto y las fotos. A veces nos encontramos con pedacitos de paraíso en la tierra que habitamos.
    Un saludo.

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    1. En general las Dolomitas tienen ese encanto de los cuentos alpinos...más aún en la época que yo estuve, porque todavía no habían comenzado las grandes nevadas, el clima estaba fresco, pero no helado, y se podía disfrutar del paisaje y de la tranquilidad del lugar. Este día que fuimos al Carezza, no nos cruzamos absolutamente con ninguna otra persona, más que 2 italianos de vialidad que reparaban un camino.
      Saludos Cayetano, gran abrazo!

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