Esta pequeña ciudad, de apenas 7.000 habitantes, con el perfil inconfundible de sus torres medievales, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y se levanta sobre una colina de unos 334 metros de altura sobre el Valle de Elsa, lo que la hace distinguible desde lejos. Pertenece a la provincia de Siena, y como Siena es “rojiza”. Se halla a 60 km de Florencia, y no hay trenes directos a la ciudad, siendo Poggibonsi la estación más cercana, desde la que luego hay tomar un autobús y recorrer unos 20 minutos de viaje hasta arribar a ella.
San Gimignano es de origen etrusco y data del período helenístico (siglos II-III a. C.). Su gran florecimiento ocurrió en la Edad Media, y de las 72 torres erigidas en esa época, en la actualidad sólo se mantienen en pie 14 de ellas, y le han valido el apodo de “la Manhattan de la Edad Media”. La torre era, por entonces, un símbolo de poder , y las familias más importantes solían competir entre sí para construir la más alta como demostración de su importancia y riqueza. Originalmente la ciudad permaneció bajo jurisdicción de los obispos de Volterra, y se independizó en 1199 al adquirir su primera podestà. La ciudad libre pasó a conocerse como “San Gimignano delle Belle Torri” (San Gimigniano de las bellas torres), y entró su largo período de prosperidad duró hasta que en 1353 cayó bajo dominio de Florentino.
Esta ciudad también es famosa por su vino blanco, cuya cepa crece allí, conocido como Vernaccia (en el año 1966 fue el primer vino italiano en recibir la marca DOC-denominacion de origen controlado - http://www.vernaccia.it/)
Independientemente del valor cultural de San Gimignano, la belleza de las tiendas del centro cívico, los portales de los edificios antiguos, las calles estrechas y las plazas medievales, ofrecen al turismo imágenes inolvidables durante el día pero, cuando el sol cae, el poder de las torres despliega todo su esplendor, y con cuervos girando y graznando alrededor de sus cimas, se recortan imponentes sobre callejones sombríos y plazas inquietantes.
El Duomo o Iglesia Collegiata de San Gimignano, fue consagrado en el año 1148, y los fabulosos frescos pintados en su interior lo convierten en un museo muy prestigioso.
Desde la cima de la colina, donde se encuentran las ruinas de la fortaleza, se pueden ver estas torres en todo su esplendor.
La Torre del Diablo es una de las catorce torres que quedan en pie, se encuentra en el lado norte de la Piazza della Cisterna y perteneció al palacio de Cortesi. Fue llamada así porque, según la leyenda, su propietario, tras regresar de un largo viaje, se la encontró más alta que cuando se había ido, y pensó en ese momento que había sido el mismísimo diablo el autor de la transformación.
La Torre Chigi, a pesar de no estar entre las más altas, es una de las más bellas y reconocidas, se encuentra en la Piazza del Duomo, y pertenecía a la familia Useppi.
La Torre Grossa (Torre mayor) es llamada así por ser la más alta de San Gimignano y también se encuentra en la Piazza del Duomo, detrás del nuevo palacio del Podestà. El proyecto se inició exactamente 21 de agosto 1300, y se terminó en 1311. Se encuentra a 54 metros de altura y es la única en la que se permite el acceso del público. Desde su cima se observan unas magníficas vistas de la ciudad y sus alrededores.
Fuente: http://www.sangimignano.com
Un lugar precioso que no he tenido el gusto de visitar. Me lo apuntaré para la próxima.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí, te lo recomiendo! Hay muchísimos lugares en Italia, no tan difundidos para el turismo general, de la misma manera que ha de suceder con tu país, como en el mío, estoy segura, y que son dignos de conocer. San Gimignano es muy bonito! Abrazooo, Cayetano.
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