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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Miguel Ángel y su genialidad

"Vi al ángel en el mármol y tallé hasta que lo dejé en libertad" Michelangelo Buonarroti

Giulio Carlo Argan, en su “Storia dell’Arte Italiana”, escribe algo muy interesante respecto de una frase que más de una vez hemos repetido y que, sin embargo, pronunciamos como algo consabido y sin analizar profundamente: “Miguel Ángel fue un genio”! Pero, qué es ser un genio en este caso, considerando el contexto en el que el artista desarrolló su actividad e, incluso, vivió su vida?

   Dice Argan al respecto: “Cuando se dice que Miguel Ángel era un genio no sólo se expresa un reconocimiento a su arte, sino a una fórmula histórica de la que él fue portador. El genio, en el pensamiento del siglo XVI, era una fuerza extra-natural (angélica o demoníaca) que actuaba sobre la mente humana, o sea lo que hoy llamaríamos inspiración. Leonardo, por ejemplo, fue un poderoso "genio", pero lo fue porque toda su obra recaía en el área de la experiencia y el conocimiento, Miguel Ángel, en cambio, era un "genio", porque su trabajo estaba inspirado y animado por una fuerza que podría llamarse sobrenatural, que subía desde la profundidad hasta lo sublime, a la trascendencia pura. Su mensaje hacia Dios, es individual. Miguel Ángel, en la historia del arte, fue el primer caso de un artista aislado del mundo que lo rodeaba y en el que se sentía extraño y hostil. Raphael, por citar otro ejemplo, vivió en Roma como un príncipe, siempre acompañado por una corte de discípulos y admiradores, mientras que Miguel Ángel vivió solo y en la pobreza, a pesar de la riqueza que acumulaba; soberbio con los demás y siempre descontento consigo mismo, obsesionado, sobre todo en la vejez, por la angustia de la muerte y la salvación. "No tengo amigos y no quiero", le escribía a su hermano, “ni siquiera colaboradores y discípulos”, y solía enfrentarse solo a las empresas grandes”… 

…”Escultor, pintor, arquitecto (y poeta), para quien la misma vida era un arte, cuyo objetivo fue alcanzar la síntesis de técnicas específicas y la superación de las mismas”…” Por primera vez la técnica se identifica con la existencia de un artista, y como la existencia es, en sí misma,  una experiencia que se cumple, no se puede afirmar que el final de la existencia de Miguel Ángel haya sido su muerte, sino que trascendió más allá de él mismo y de su vida física”….

Fuente: “Storia dellÁrte italiana” de Argan


LA PIEDAD





Cuando Miguel Ángel colocó su magistral escultura "La Piedad" en la Basílica de San Pedro (Vaticano), escuchó un peregrino que decía que esta escultura había sido hecha por Cristoforo Solari, de Lombardia. Esa noche, inundado de un tremendo celo artístico, y su orgullo de ser “hijo de Florencia”, el artista tomo el martillo y el cincel y colocó una inscripción sobre el pecho de María que dice: «Michael A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]» («Miguel Ángel Buonarroti, florentino, lo hizo»).
Este ha sido el único trabajo firmado por Miguel Ángel porque tras este episodio se sintió muy arrepentido de haber “marcado” su obra, y juró nunca más firmar otra.

Foto web

Visitar “La Piedad” en San Pedro, es una cita obligada para todo aquel que conoce por primera vez la ciudad del Vaticano. Apenas ingresados en la Basílica, en la capilla del lado derecho, bien alejada del público, bien a salvo, tras un vidrio a prueba de balas que se colocó para su protección después de que el 21 de mayo de 1972 un geólogo con alteraciones mentales, llamado Laszlo Toth, atacó la escultura con un martillo sobre el rostro y uno de los brazos de la Virgen, mientras gritaba ¡Yo soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos! Hoy, ya restaurada, está perfectamente hermosa y visible y, a pesar de la distancia que nos separa de ella, conmociona tener enfrente esta pieza magnífica de la escultura renacentista, ícono de la historia del arte mundial.
La Pietà es un grupo escultórico en mármol, que probablemente sea la obra más espiritual de Miguel Ángel,  en la que la Madre y el Cristo casi se interpenetran en una indisoluble unión, más allá de la muerte física. Sus dimensiones son 174 por 195 cm.


Fragmentos de la pieza escultórica - Fotos web


La obra le fue encargada por el cardenal de San Dionisio: Jean Bilhères de Lagraulas o de Villiers, benedictino embajador del monarca francés ante la Santa Sede, al que el autor conoció en Roma. El contrato entre el artista y el cliente se firmó el 26 de agosto de 1498, y en el que se estipulaba, además del pago de 450 ducados de oro, que habría de estar terminada antes de un año. En efecto, dos días antes de cumplirse el plazo pactado, la obra ya estaba terminada, pero como el cardenal había muerto unos días antes, su primer emplazamiento fue sobre la propia tumba del prelado, en la Capilla de Santa Petronila del Vaticano. En 1749 fue trasladada a su ubicación actual.
El mármol para esta escultura fue escogido por el propio Miguel Ángel de las canteras de los Alpes Apuanos de la Toscana y, después, no haría más que seguir los impulsos de su arte como escultor para darle vida. Puede verse desde todos los ángulos pero, sin embargo, el punto de vista frontal es el mejor de todos. Respecto del tema escogido, la Virgen María, joven, bella y piadosa, cuyas vestiduras se expanden con numerosos pliegues, sostiene a Cristo muerto y que, intencionadamente, aparenta una mayor edad que la de su Madre, en una composición triangular, sosegada y llena de ternura. La juventud de la Virgen es una muestra del idealismo renacentista: simboliza el ideal de belleza y juventud eterna, una Madre por siempre joven y bella.

“ Dime, oh Dios, si mis ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran; o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran”
Michelangelo Buonarroti

Miguel Ángel es conocido como uno de los artistas más importantes de la humanidad. El segundo de 5 hermanos, nació el 6 de marzo del 1475 en Toscana. A la edad de 6 años su madre muere y queda al cuidado de su padre. El padre reconoce la inteligencia del niño y lo envia a la escuela del maestro Francesco Galeota a estudiar letras pero, en esa escuela, Miguel Ángel entabla amistad con Francesco Granacci, mayor que él, y de quien aprendió el arte de la pintura y quien lo animo a seguir la vocación de artista. A pesar del disgusto de su padre, a los 13 años se convirtió en aprendiz del pintor Domenico Ghirlandaio, y también comenzó a estudiar escultura en los Jardines de la familia Medici. A los 16 años ya había producido dos esculturas prominentes, La batalla de los Centauros y La Madonna de la escalera (ambas visitables en la “Casa Buonarroti, en Florencia) En 1534 Miguel Ángel deja Florencia para siempre, y parte para Roma donde realizará muchas de sus obras más célebres.


DA VINCI Y MIGUEL ÁNGEL FUERON RIVALES?

Existió verdaderamente tal rivalidad, o es sólo una leyenda que nos anima a pensar en el lado oscuro de los genios?

Parece ser que, lo que en realidad sucedió y que dio origen a esta historia fue que, por aquella época, Leonardo, más anciano y celebrado, sufría efectivamente la competencia de Miguel Ángel, más joven y ambicioso. El carácter del primero, serio y altanero, era muy diferente de la actitud rebelde del segundo, lo que al combinarse generó que el anciano experimentara una profunda antipatía por el joven aunque, sin embargo, nunca existió roce alguno entre ellos.
Lo que sí sucedió en el año 1503, y que pudo haberlos tenido en frontal competencia, fue que por aquellos años el "Gonfalonero" de Florencia, Pier Soderini, encargó a Leonardo retratar en un fresco “la batalla de Anghiari” entre florentinos y pisanos. La obra iba a ser realizada en la pared derecha del “Salón de los Quinientos del Palacio Viejo”, en Florencia. Poco después, el mismo Soderini, mandó a Miguel Ángel retratar otra celebre batalla, la de “Cáscina”, pero en la pared izquierda del mismo salón, lo que iba a dar lugar a un verdadero desafío “cuerpo a cuerpo” entre ambos maestros. Sin embargo, Miguel Ángel, fue llamado a la corte del papa Julio II, y dejó Florencia tras haber realizado sólo los trabajos preparatorios de su obra en cartón; Leonardo, por su parte, vió perderse gran parte de su obra por un grave error inicial acontecido con la elección de la técnica que utilizaría para su trabajo: el "encausto", que era un antiguo recurso usado en los frescos y que requería del uso de una fuente de calor para fijar los colores a la pared, lo que, en este caso, era prácticamente imposible de conseguir, porque había que lograr calentar una pared de 17 metros de ancho por 7 de alto, por lo que sus asistentes acercaron tanto las llamas al muro, que terminaron disolviendo todo el color de la parte alta de la obra. De esta forma, lo que iba a se había planteado como un desafío de titanes, terminó siendo un peldaño inconcluso en la producción artística de ambos. Hoy podemos apreciar un fragmento de la obra de Leonardo gracias a una reproducción de Rubens, mientras que un dibujo preparatorio de Aristotele da Sangallo nos da una idea de un detalle de la obra de Miguel Ángel.


NOTICIA DE ÚLTIMO MINUTO
Hallan un fresco atribuido a Leonardo da Vinci en un palacio de Florencia

EFE / Roma - 12/03/2012

El fresco "La Batalla de Anghiari", atribuido al genio renacentista Leonardo da Vinci, ha sido hallado tras un falso muro del Palacio Viejo de la ciudad italiana de Florencia. Un equipo de investigadores ha encontrado restos de pigmento negro que creen que puede pertenecer al citado fresco del que se desconocía su localización.
El director de la investigación, el italiano Maurizio Seracini, compareció hoy ante la prensa en Florencia para dar informar sobre el hallazgo de los restos en el Palacio Viejo (actual sede del Ayuntamiento florentino) que se cree pueden pertenecer a esa obra datada en los primeros años del siglo XVI.
Según Seracini, quien trabaja tras la pista de la obra hace más de 30 años, la muestra de material negro encontrado en una pared oculta tras un falso muro en el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo, tiene una composición química compatible con la usada por el genio renacentista en la "Gioconda" y en el "San Juan Bautista", que se conservan en el Museo del Louvre de París. 
El misterio sobre el paradero del fresco de Leonardo se remonta al 1560, varias décadas después del proyecto del mismo (1503), cuando el pintor y arquitecto toscano Giorgio Vasari (1511-1574) recibió el encargo de reestructurar el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo y de decorarlo. A partir de ahí empiezan las cábalas sobre qué hizo Vasari con el fresco de Leonardo, que tenía problemas de conservación por la técnica que había utilizado para pintarlo, pero que muchos reprodujeron pues pudieron contemplarlo durante los años que estuvo la obra expuesta en esa sala del Palacio Viejo, en la que se reunía el Consejo Mayor de la República de Florencia.
Seracini obtuvo en 2007 la autorización del Gobierno italiano para proceder a la exploración de la pintura de Vasari y que llevado por una inscripción que hay a 12 metros del suelo sospechaba que podía ocultar el fresco de Leonardo da Vinci en la pared este de la sala. En esa inscripción, un soldado florentino de la pintura de Vasari sobre la batalla de Marciano en Val di Chiana, mueve un estandarte con las palabras "Cerca trova" ("El que busca encuentra").

Foto web
El equipo de Seracini trabaja en esta investigación con el apoyo de National Geographic, la Universidad de San Diego y el Ayuntamiento de Florencia, entre otras instituciones.

SAN PIETRO IN VINCOLI - ROMA

San Pietro in Vincoli (San Pedro encadenado) es una Basílica de Roma, muy conocida por albergar el mausoleo del papa Julio II, con la famosa escultura del Moisés de Miguel Ángel.
Esta Basílica fue construida en la mitad del siglo V para albergar la reliquia de las cadenas con las que ataron a San Pedro durante su encarcelamiento en Jerusalén.
Según cuenta la leyenda, la emperatriz Eudoxia (esposa del emperador Valentiniano III) ofreció las cadenas como regalo al papa León I. Cuando éste las comparó a las cadenas del primer encarcelamiento de San Pedro en la Cárcel Mamertina en Roma, las dos cadenas se unieron milagrosamente. Las cadenas se guardan en un relicario bajo el altar principal de la basílica y tienes que formar una pequeña fila que permite que, de uno en uno, los visitantes puedan acercarse a esta reliquia.


Pero, sin embargo, este templo es visitado masivamente por los turistas gracias a que allí se alberga la escultura de Miguel Ángel. El Moisés. Las condiciones de exhibición de esta obra han sido muy cuestionadas pues permanecía en penumbra, y sólo se la iluminaba cuando se introducían unas monedas en una máquina, sin embargo, hoy en día, la Basílica ya cuenta con una iluminación natural con la que se puede apreciar perfectamente la figura.
Fuente: Wikipedia

LOS CUERNOS DEL MOISÉS




¿Un personaje bíblico con cuernos? El demonio? Pues no, parece ser que por un error de interpretación en la traducción de un término extraído de la Biblia (en latín las palabras “rayo” y “cuerno” son muy similares), Miguel Ángel decidió colocarle esa especie de cuernos al personaje, que representan un rayo de luz. 
En el Éxodo, segundo libro de la Biblia, en su capítulo 34, versículos 29-35, se narra cómo Moisés bajó del monte Sinaí y cómo su cabeza brillaba con rayos de luz. Pero como esa palabra “rayos” también significa “cuernos” y de ahí vino la confusión.
Buonarroti explicaría que cuando San Jerónimo tradujo el Antiguo Testamento al latín y se enfrentó a esta parte, decidió que nadie, salvo Cristo, podría tener rayos de luz en la cabeza, por lo que optó por el otro significado del término, y esta fue la versión que tomó Miguel Ángel para esculpir su enorme figura.




“La perfección no es cosa pequeña, 

pero está hecha de pequeñas cosas”


Michelangelo Buonarroti



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4 comentarios:

  1. Todo un genio este Miguel Ángel. Sólo una mente tan creativa y brillante como la suya podría decir que veía la escultura dentro del bloque de piedra y que lo único que él tenía que hacer era liberarla. Y además lo conseguía hacer. A veces dejaba las esculturas inconclusas como esos "esclavos", mitad piedra, mitad escultura que luchan por liberarse de la fría materia.
    Un saludo.

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    1. Para todos los que estudiamos arte alguna vez, pienso que estar ahí, casi tocando estas obras del genial Michelangelo, es un recuerdo inigualable. Yo, apenas ví "La Piedad", rompí en llanto, ante la mirada incrédula de muchos turistas que me rodeaban...pero, ahí estaba el genio, el maestro, un grande! Gracias por pasar siempre, Cayetano, y compartir estos recuerdos conmigo. Un abrazoooo

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  2. Precisamente ahora estoy haciendo un curso de iniciación a la historia del arte, que me apasiona, creo que aquí voy a aprender mucho, ya me pasaré tranquilamente y leeré tanta información.

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    1. Qué bueno, Rosa! Una gran decisión para un ser sensible como tú. No me caben dudas que te fascinará este emprendimiento. Y con mucho gusto te espero por aquí...creo que llevo publicadas (y seguiré publicando), muchas notas que te puedan ser de interés. Gran abrazoooo

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